MÁS SABE EL DIABLO POR VIEJO QUE POR DIABLO

MÁS SABE EL DIABLO POR VIEJO QUE POR DIABLO


Cuantas veces habremos oído argumentos sobre el eterno debate entre educar en competencias o darle importancia a los contenidos que nos impone el currículum. Yo soy uno de esos que ha defendido fervientemente la primera opción, pero ¿a qué precio?

Si buscáis información sobre el tema veréis como muchos estudios demuestran que se llega a una mejor comprensión del tema cuando más información se tiene sobre él de antemano. Traducido a las clases: va a entender un tema desarrollado por nosotros aquel alumno que antes haya tenido experiencias previas relacionadas con éste. De ahí la necesidad imperiosa de que se fomente la lectura entre los niños desde muy pequeños. 

El amplio abanico de contenidos que nos propone el currículum hace que no se pueda ofrecer un conocimiento profundo de todos ellos, sin embargo un conocimiento superficial de ellos es mejor que no tener ninguno. Los alumnos deben leer en los libros de texto, en lecturas, en revistas, en periódicos, en medios digitales... para aumentar su vocabulario.

Pero por otra parte, tener cultura general no implica dejar de lado la estimulación y el cambio de paradigma del sistema educativo actual. La escuela debería convertirse en un lugar rebosante de energía que tuviese relaciones con el entorno (alumnos, familias y barrio).

¿Cómo se consigue entonces interesar a los alumnos a través de la cultura general? Entre otras cosas utilizando la estructura de las historias cuando elaboremos las sesiones: establecer un punto de partida con una causa, plantear un conflicto, determinar que complicaciones puede tener dentro de su contexto y finalmente conseguir que los personajes de las sesiones resulten interesantes para nuestros alumnos. 

Finalizo el artículo con un ejemplo real de esta técnica. Se trata de un proyecto que se tiene que realizar  en secundaria colaborando los profesores de educación artística, historia e inglés con la Revolución Francesa como tema principal. 

Para poder llevar a cabo la estructura de las historias y hacer más interesante este contenido de cultura general los maestros deberían empezar la sesión teniendo en cuenta el objetivo que perseguía la Revolución Francesa. ¿Cómo se puede suprimir el poder absoluto de un grupo reducido de individuos? ¿Qué medidas se deben tomar para que haya una igualdad de opiniones? 

Si se consigue crear una necesidad de la respuesta a través de la presentación de una pregunta motivadora y visualmente atractiva, los alumnos tendrán una inclinación mucho más alta a reflexionar sobre el contenido.

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